Consejos útiles para organizar una comida o cena de empresa

Conseguir que todo el mundo pueda cuadrar sus agendas para participar en la cena de la empresa es una labor bastante compleja. Y eso es solo el principio, ya que nunca se puede descartar que surjan problemas antes y durante la celebración de este tipo de eventos. Por eso, es natural que muy pocas personas quieran encargarse, y quienes lo tiene que hacer lo vean como una carga. Si es tu caso, no te preocupes. Aquí tienes algunos consejos útiles para organizar una comida o cena de empresa y no morir en el intento. También si te invitan a una y no sabes bien qué hacer.

Localizar el local adecuado

Elegir el restaurante ideal es posiblemente lo que más tiempo puede llevar. Encontrar un sitio que esté relativamente cerca, al que todo el mundo se pueda acercar de forma fácil y en el que se sientan a gusto requiere de buena planificación.

Lo mejor es centrarse en dos aspectos: que haya buena comunicación en transporte público para quienes vienen así, y que disponga de aparcamiento para recibir a quienes prefieren llegar en su propio coche.

Además, es de agradecer que haya espacio suficiente para que todo el mundo se siente cómodamente. Si dispone de una sala privada para acoger cenas de empresa, mucho mejor. Así tendréis algo de intimidad y no habrá molestias. En caso de que no sea posible, que al menos haya alguna forma de acotar vuestro espacio, por ejemplo con biombos para mantenerse lejos de miradas indiscretas.

La elección del menú

Seleccionar qué tipo de platos se van a servir puede convertirse en una odisea. Teniendo en cuenta las preferencias alimenticias y las posibles intolerancias, habrá que pensar en alternativas a los platos convencionales.

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Escoger el menú para una cena de empresa

Por ello, asegúrate de si en la cena de empresa va a haber celíacos, alérgicos a algún tipo de alimento (mariscos, lácteos, frutos secos, etc) o veganos. Aunque a primera vista no vaya a haber nadie con alguna de estas necesidades especiales, di al restaurante que tengan listos algunos “planes B” por lo que pueda pasar. Es curioso, pero mucha gente se olvida de que no puede tomar azúcar o cacahuetes hasta que le ponen el plato encima de la mesa.

¿Es obligatorio asistir a una cena de empresa?

Cuando se empieza a hablar sobre la llegada de la próxima comida o cena de empresa, lo normal es que haya quien se plantee ir o no. En muchas ocasiones, se asiste por miedo a ser visto de mala manera por el jefe o el resto de compañeros.

Ten en cuenta que si no vas, tendrá que ser por alguna causa muy justificada. De lo contrario, serás el centro de todas las críticas durante la velada. Además de que si ocurre algo que se comente al día siguiente o incluso durante meses, no podrás participar de la conversación, porque te lo habrás perdido. Y piensa que siempre habrá anécdotas imperdibles que no puedes dejar de vivir.

Disfruta de la cena, pero no te pases

Hay que concebir la cena de empresa como una ocasión distendida y un tanto informal. Momentos en los que conocer a todos aquellos con los que compartes muchas horas durante el día, en un marco menos estricto y más íntimo. Así que aprovecha la ocasión para pasarlo bien y ser la persona que sueles ser fuera de la empresa. Aunque esto no quiere decir que te pases de la raya y acabes convirtiéndote “en el alma de la fiesta”, o lo que es lo mismo, en quien no deja un solo vaso vacío.

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Disfruta pero no te pases en la cena de empresa

Ofrece un lado más amable y menos rígido de lo normal. Pero no olvides que se trata de tus compañeros de trabajo y tus jefes. No querrás dar la impresión de ser alguien que se desmadra en cuanto tiene la ocasión, ¿verdad?

Mira aquí qué no hacer en la cena de empresa y podrás conseguir el equilibrio perfecto.

Equilibrio a la hora de vestir

Además de en tu comportamiento, a la hora de vestir también deberás mostrar un buen juicio. No se trata de llevar un traje de gala como si fueras a una recepción en el Palacio Real, pero tampoco como si fueras de campo con la familia. Lo ideal es algo clásico, de buen gusto y que no llame demasiado la atención. Por ejemplo, una camisa con el botón del cuello desabrochado, sin corbata, un poco de maquillaje o unos tacones algo más altos de lo normal. Si eres de los que suele pasar desapercibido en la oficina, con esos detalles lograrás causar muy buen efecto.

Que estos consejos te sirvan para acertar a la hora de organizar una buena comida de empresa, si es que te han encargado esa tarea. O a crear una buena impresión si simplemente te toca asistir como uno de los invitados.

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